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Comparan la endoscopia peroral y transnasal sin sedación con endoscopio ultrafino
El doctor Zaman y colaboradores pudieron establecer que la endoscopia transnasal sin sedación, utilizando un equipo ultrafino, se asociaba con menor dolor y era mejor tolerada que la endoscopia peroral. Los expertos recuerdan que la sedación se practica, en forma rutinaria, en los Estados Unidos, en sujetos sometidos a procedimientos endoscópicos. En forma reciente, sin embargo, ha crecido el interés por las técnicas que pueden realizarse sin sedación, debido fundamentalmente al desarrollo de equipos ultrafinos de gastroduodenoendoscopía.
En términos generales, la posibilidad de realizar el procedimiento sin sedación se acompaña de reducción de la posibilidad de complicaciones cardiorrespiratorias, menor necesidad de monitoreo del enfermo y menor costo. Además, el procedimiento sin sedación permite al paciente, volver al trabajo el mismo día del estudio. Algunos ensayos llevados a cabo en otros países han demostrado que la endoscopia peroral sin sedación era bien tolerada por los enfermos, aunque los autores recuerdan que el procedimiento no ha sido bien visto en los Estados Unidos por la idea general de que el mismo no era bien aceptado por los pacientes.
En base a estos antecedentes, los investigadores de la Universidad de Oregon decidieron comparar, en este primer estudio llevado a cabo en Norteamérica, ambos procedimientos endoscópicos. Durante un año se incluyeron pacientes que asistieron a la Unidad de Gastroenterología y de Endoscopia por síntomas gastrointestinales. Se excluyeron sujetos con evidencia de hemorragia digestiva aguda o con antecedentes de sinusitis o cirugía previa de senos paranasales. Asimismo, fueron excluidos sujetos con tratamiento anticoagulante, disfagia o con esófago de Barret.
Los autores utilizaron el equipo Olympus N200 y N230, ultrafinos, con diámetro externo de 6 mm y una longitud total de 12 metros y medio y longitud útil de trabajo de casi 1 metro. Este instrumento ultrafino no requiere limpieza especial o equipos especiales de esterilización, recuerdan los autores. El procedimiento fue llevado a cabo por endoscopistas con experiencia y para la vía de abordaje transnasal, los mismos fueron entrenados especialmente por otorrinolaringólogos. Se incluyeron 60 enfermos con síntomas digestivos, con edad promedio de 46 años. En forma inicial, 29 enfermos fueron asignados a endoscopía transnasal y 31 sujetos a endoscopía peroral sin que se observaran diferencias en las indicaciones del estudio, entre ambos grupos de enfermos.
Las indicaciones más frecuentes fueron enfermedad por reflujo, dispepsia, dolor abdominal, necesidad de descartar várices, náusea y vómitos y seguimiento de úlcera gástrica. Tampoco fueron diferentes las características demográficas entre ambos grupos de pacientes. La duración del procedimiento fue significativamente mayor en el grupo sometido a endoscopia transnasal, pero el duodeno fue alcanzado satisfactoriamente en todos los enfermos que completaron el examen. La única manifestación que se observó con mayor frecuencia en pacientes sometidos a endoscopía transnasal fue la presencia de dolor de la inserción, en relación con los enfermos sometidos a endoscopía peroral.
En análisis de multivariables se analizó la influencia de determinados factores como ansiedad, edad y sexo sobre la tolerancia frente al procedimiento. Se observó que los sujetos de mayor edad, fundamentalmente por encima de los 40 años, toleraron el procedimiento mejor que los individuos más jóvenes. Los autores recuerdan que el porcentaje de éxito en este estudio, fue similar al referido por Rey y colaboradores quienes utilizaron endoscopía transnasal sin sedación en 283 enfermos.
En el estudio de Zaman y colaboradores, la endoscopía sin sedación se llevó a cabo, en forma satisfactoria, en 59 de los 60 pacientes incluidos en el estudio. En opinión de los expertos, si bien ambos procedimientos pueden llevarse a cabo sin sedación, la ruta peroral parece ser ventajosa debido a que la vía transnasal requiere de un entrenamiento especial, se asocia con mayor incomodidad, requiere mayor tiempo para su realización y además, muchos enfermos no son partidarios a ser estudiados en esta forma.
En esta serie, el 40% de los enfermos rehusó el procedimiento sin sedación, lo cual fue bastante desalentador. Es por ello, que según los especialistas, se requiere mayor número de estudios para establecer la forma de mejorar la tolerancia y adaptabilidad antes de que el este tipo de endoscopía pueda realizarse, en forma rutinaria, en los Estados Unidos.